domingo, noviembre 16, 2025
Google search engine
InicioCulturaEntrevistasCoke: "La película de mi vida es Días de fútbol"

Coke: «La película de mi vida es Días de fútbol»

Coke Andújar (Leganés, 1987) ha jugado en grandes teatros y algunos, como el Sánchez Pizjuán, han sido su casa cinco años. Allí levantó tres Europa League. Sin embargo, y pese a que cada fin de semana se examina ante miles de personas, ahora en el Ciutat de Valencia, jamás ha interpretado un papel ante el público. Se le haría “muy difícil”. Eso dice quien ha producido una obra de teatro (La asamblea de mujeres) y estuvo yendo a clases de interpretación (o de “terapia”) dos años, cuando apenas jugaba en el Sevilla. Su género favorito es el musical. De hecho, el de Mecano fue a verlo diez veces. Eso sí, con Días de fútbol, su película preferida, ya ha perdido la cuenta.

—Una pregunta a traición. ¿Qué te gusta más: el fútbol o el teatro?
—Hombre, el fútbol. De eso no hay ninguna duda. El teatro, la música, el cine y demás me gustan mucho, pero no tienen nada que ver con el fútbol.

—¿Has actuado alguna vez?
—No, no, no. Delante de gente y remunerado, oficialmente, no. Y se me haría muy difícil.

—¿Te gustaría?
—Ni lo he pensado, la verdad. En Sevilla, estuve yendo a clases, pero me lo tomé como una terapia para alejarme del fútbol e investigar otros mundos. A veces se hablaba de hacer alguna cosilla, pero me da mucho vértigo. Hacerlo con seriedad se me hace complicado y es un salto bastante importante.

—¿Quizá una comedia musical? Te vi el otro día cantando en un karaoke.
—(Se ríe) Hay mucha diferencia. Estás en un sitio y cantas para pasártelo bien, pero representar una obra, con un fin y un argumento, creo que sería dar un pasito más. Incluso el artista o el actor más amateur tiene muchísimas más tablas que yo.

—Sería como jugar al fútbol delante de miles de personas, como haces cada fin de semana. Unos días en casa y otros de gira.
—Es algo que siempre hablo con amigos, actores y directores. Comunicar delante de público, ya sea con un guion de cine o en una obra de teatro, me parece mucho más difícil que jugar al fútbol. Eso es lo que se me hace muy cuesta arriba. Es verdad que juego delante de muchísimas personas, pero no deja de ser algo que llevo practicando desde niño.

—¿Qué otras analogías tienen una función de teatro y un partido de fútbol? El terreno de juego no deja de ser un escenario…
—Sí, hay muchas cosas que se parecen. Esteban Granero y Leiva decían en una entrevista que ambos tienen que viajar en sus trabajos. Uno de gira y otro con su equipo. La parte mala del fútbol es pues que a lo mejor no juegas. Solo hay once compañeros que juegan y puedes pasarte una temporada sin disfrutar verdaderamente de la puesta en escena. En esto sí se parece mucho: en encontrar lo que uno quiere delante del público.

—Tengo entendido que la improvisación es tu actividad favorita, por lo menos sobre las tablas. Sin embargo, el fútbol es un lugar cada vez más inhóspito para improvisar. Pesa más la pizarra, digamos.
—Sí, estoy de acuerdo. Todo se analiza al detalle, sabemos la forma de jugar de los rivales. La improvisación quizá se ve menos porque todo el mundo se tiene estudiado y tácticamente todos los equipos son mejores y se entrenan muchísimo más. La improvisación es lo más difícil de ver, pero, lógicamente, es lo que más se paga. Que alguien improvise y marque la diferencia al máximo nivel es lo que distingue a un genio. Sirve para ganar partidos y títulos. Cada vez se ve menos improvisación, pese a que quizá sea la parte más bonita del fútbol, también incluso para aquellos a los que no les gusta el fútbol. La improvisación también puede ser defensiva. En grupo o individualmente: un central que decide salir en vez de quedarse para tirar el fuera de juego. La improvisación se valora, sobre todo, en los momentos límite o en los momentos donde se determinan los partidos. Yo soy lateral y tengo la suerte de que ahora los laterales somos mucho más ofensivos que cuando empecé y he podido desarrollar buena parte de esa improvisación.

—¿Cómo improvisa un lateral como Coke?
—En mi caso, creo que siempre he sido un lateral tirando a ofensivo. Me gusta llegar al área, aparecer en situaciones por sorpresa. Hay que analizar al rival y saber cómo se mueve, pero a partir de ahí, muchas veces, hay que tirar de improvisación. Es ahí donde sacas ventaja a tu rival. La alternativa es lo que marca la diferencia.

—No nos desviemos. ¿Sigues yendo a clases de teatro?
—En Valencia, de momento, no. Siempre me había llamado la atención, pero además en Sevilla me coincidió en un momento en el que no estaba jugando mucho. Lo utilicé como una terapia para evadirme un poco y conocer otras cosas. Estuve dos años. Conocí a gente espectacular y ninguno sabía quién era yo, que en Sevilla tampoco te creas que es tan fácil. Las clases eran de agradecer, aprendía un montón y pude conocer la vida de otras personas que se dedicaban al mundo artístico, algo que a mí me atraía mucho. Era gente que pintaba, que cantaba, que hacía teatro… De hecho, sigo yendo a Sevilla y sigo quedando con ellos porque son mis amigos.

—Acabas de decirlo. Cuando te apuntaste al taller de iniciación teatral, en clase erais diez o doce y casi ningún compañero te conocía. ¿Cultura y deporte son incompatibles? ¿O forman parte de lo mismo?
—Por qué no. Por supuesto que el deporte, que es donde estoy metido más de lleno, puede ir de mano de la cultura. Muchas veces la gente me pregunta. Yo voy al teatro porque me gusta, no porque sea un tío culto. Lo considero ocio. Aun encima, si tengo la oportunidad de conocer al autor de la obra, de que me explique el por qué, de dónde viene… Al final, es un mundo muy rico del que puedes aprender muchísimas cosas.

—Estando en Sevilla dijiste que al único compañero que pudiste llevarte al taller fue a Juan Cala. ¿Cuál es la relación de los futbolistas con la cultura?
—Cala vino porque lo engañé y se apunta a un bombardeo (se ríe). Solía ir al teatro con muchos compañeros también en Madrid y ahora en Valencia. Consumen el teatro como cualquiera, como ocio, lo que pasa es que, como es mi caso, si puedes conocerlo un poquito más desde dentro, pues mejor. Hubo un tiempo en que la gente de la cultura veía el fútbol como el opio del pueblo, un deporte de masas, pero ahora yo veo a muchísima gente de la cultura en partidos de fútbol y que, incluso, hace paralelismos con sus profesiones.

—La gente de a pie se queja de la inaccesibilidad de ciertas actividades culturales. ¿Y los futbolistas?
—Leí que en Francia habían sacado un carné para la gente joven para acercar esa cultura un poquito elitista de grandes museos y demás. No recuerdo exactamente cómo era, pero me parece genial. Hay que invertir en cosas así, aunque he de decir que en Sevilla, que la conozco un poco más en profundidad, estaba baratísimo ir a cualquier obra de teatro, microteatro o conciertos en azoteas. Yo conozco a futbolistas que sí invierten en cultura y que, por supuesto, la apoyan. Incluso acuden a promocionar muchos actos, ya sean libros, obras de teatro, estrenos de cine.

—¿Los futbolistas os habéis ganado el cliché de incultos?
—Tengo amigos futbolistas que tienen buenos coches y que van al teatro. Otros a los que no les gusta y que no leen nunca. Eso va en la persona. Cada vez los clubes se van preocupando mucho más de la formación de los futbolistas. Antes, el que llegaba al primer equipo parecía que tenía que dejar los estudios y no se preocupaba nada de su vida académica. Ahora, sobre todo en categorías inferiores, se hace más hincapié. Evidentemente, cuando tocas el primer equipo ya es algo que no inquieta tanto.

—¿Con cuántos colegas de profesión podrías mantener una conversación sobre teatro, cine, literatura, música…?
—Yo creo que con muchos. He ido a musicales y conciertos con muchos. Sobre todo, porque yo tampoco soy un superentendido o alguien que lleva diez años en la industria del teatro. Cuando voy a ver una obra, luego intento comentarla, es algo que normalmente suelo hacer.

—Para ser alguien cultivado no es necesario haber estudiado una carrera o haberse leído todas las obras de la literatura universal.
—No, no. Por supuesto que la lectura te da cultura, te da vocabulario, te da saber hablar. El teatro y el cine te dan muchísima comprensión hacia muchísimos temas. Pero para ser alguien culto no tienes que tener tres carreras. Por eso te digo que, al final, el modo de consumir la cultura por la mayor parte de la población es a nivel de ocio. La cultura te enriquece, te genera preguntas, conversaciones. Con la cultura descubres nuevas opiniones, otros puntos de vista que te hacen abrir más la mente.

—Tú empezaste la carrera de Periodismo.
—Sí, pero duré poquito, macho. Lo dejé en segundo y tenía dos o tres asignaturas de primero.

—Por cierto, ¿qué te parecen expresiones como “el futbolista es un teatrero”?
—Lo que es. Cuando alguien simula es un teatrero. No creo que sea nada despectivo hacia los dos mundos.

—¿Qué futbolista simula mejor las faltas?
—(Se ríe) Hombre, hay unos cuantos por ahí.

—He leído que lo primero que hiciste al llegar a Valencia fue mirar la cartelera. ¿Con qué frecuencia asistes al teatro?
—La miro todas las semanas para ver quién viene, ya sean monólogos, musicales, comedias o dramas. Ahora, curiosamente, hace un mes y pico que no voy. Cuando llega el final de la temporada, me centro y me enfoco en el fútbol. Pero, depende, hay meses en los que voy tres veces y otros en los que voy una.

—¿Dónde has visto el mejor teatro?
—Me acuerdo, no me preguntes por qué, de un concierto de Quique González en San Sebastián. El teatro Victoria Eugenia me pareció la hostia. No sé, es un recuerdo muy nítido. Además, fue hace muchísimos años. Y de obras no me quedo con ninguna, pero sí con el microteatro que he visto en Sevilla. Me gustan los sitios pequeñitos. Sobre todo, porque conozco a la gente que lo hace y sé lo que supone para ellos, la pasta que se dejan en montar la escenografía y el esfuerzo. A lo mejor no tienen un duro y se lo gastan en eso. Todo eso me llega más que cualquier otra obra.

—¿En Alemania también ibas al teatro?
—No, en Alemania no fui ni una vez (se ríe). Por eso fue lo primero que hice al llegar a Valencia. En Alemania, fui a conciertos, pero al teatro no. De hecho, hubo un hombre que me propuso traer a España una obra de teatro alemana. Me mandó un vídeo. Era un texto sobre el suicido, de una hora y pico, de un hombre solo, hablando en alemán… Lo vi un poco fuerte (se ríe).

—¿Y el cine?
—El cine me gusta mucho. Pero una buena obra de teatro no la puedo comparar con el cine. Hay mil películas, pero verlo en vivo no se puede comparar.

—¿No crees que todavía está por hacerse una gran película sobre fútbol?
—Sí, puede ser. De todas formas, de fútbol lo que más veo son documentales. De hecho, justo me he quedado a medias viendo uno que se llama Kaiser: el mejor futbolista que nunca jugó un partido. Va sobre un tío que iba de equipo en equipo, un caradura, un estafador, muy malo. Lo echaban de todos los equipos, pero jugaba en los mejores. Creo que llegó a jugar hasta dos veces en el Flamengo. Incomprensible.

—Se me viene a la cabeza Evasión o victoria.
—Sí, porque, además, mucha parte de la película es el partido en sí. Mi película favorita de la vida, en general, es Días de fútbol. No se centra en el fútbol a nivel mediático, de estrellas, de la élite, pero los valores del fútbol están muy representados. De hecho, lo que pretendo yo algún día es hacer un equipo con mis colegas cuando me retire. Al final, esa es la base del fútbol.

—¿Cuántas veces la has visto?
—¡Yo qué sé en cuántos viajes, con el Sevilla y el Rayo, hemos puesto esa película! Para mí una buena película es la que me llega, la que me mueve por dentro, la que me hace reír o llorar. Tampoco soy mucho más avanzado que el resto del mundo (se ríe).

—La oportunidad de ser productor teatral te llegó más o menos por casualidad, pero ¿tienes más proyectos?
—De momento, no se ha dado la circunstancia. Es verdad que me llegó por casualidad por mi profesor y amigo Sergio Rodríguez. Fue una lástima que yo tuviera que vivirlo desde lejos. Estaba al tanto de todo y estábamos hablando continuamente, pero yo estaba en Alemania y ya habíamos empezado la pretemporada cuando se hizo en el Ciclo Romano de Andalucía. Tengo esa espinita, pero estoy contento por cómo salió.

—¿Te dedicarás al teatro una vez retirado del fútbol?
—Fue una cosa puntual y creo que es difícil meterse, hay que entender cómo se hacen las cosas. Yo tuve la suerte de que Sergio, aparte de dirigir, era el que se ocupaba de todo. Veremos si surge alguna cosa más, pero, de momento, no está a la vista.

Marcos Martín Reboredo
Marcos Martín Reboredo
Periodista vigués. No trabaja en el Daily Planet, ha estado en el decano de la prensa nacional y ahora va A la Contra, buscando siempre la mejor opción. Colabora con Radio Marca. Su debilidad no es la kryptonita, sino la Cultura y el Deporte, pero en el buen sentido. No vive en Smallville. Su nombre no es Clark Kent, tampoco es Superman, solo es periodista.
RELATED ARTICLES

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisment -
Google search engine

Most Popular

Recent Comments

Antonio Lopez Lobeto en Mi pájaro es mejor que el tuyo
Stockton en Bon voyage
Juan De Dios Luna Cijanes en El problema del Barça es el relato
Perikorro en Tantas mareas, marean
Perikorro en No me gusta el cricket
Carmelo en La venda ya cayó
Antonio Jesús Zarza Moreno en ¿Marino o submarino?
Lorenzo Dominguez Sanchez en Gracias, Florentino
Joaquín en Camino a Vitoria
Robert Lee en El que se va, ya no es
victor martín marron en Quiten de ahí a esa loca
Martín Vallejo platero en El borde de la piscina
Diego en Gracias, Johan
jose antonio medrano en Gracias, Johan
Jorge Florido en Gracias, Johan
Javier en Gracias, Johan
Esteban en Gracias, Johan
Fran en Gracias, Johan
5contraelcalvo en Esperando a Zidane
Perikorro en Esperando a Zidane
Elaine Cristina en Casillas, el homenaje pendiente
Tomás Luis de Victoria en No, lo ponemos todo al centro
Tomás Luís de Victoria en Casillas, el homenaje pendiente
Lucas en Benzema FC
Carlos Antonio Suárez fornelino en Jugarse «nada»
Antonio Lopez Lobeto en Siete equipos para tres descensos
Víctor Raúl Valladares en El Real Madrid se queda solo
IÑAKI ASENSIO CALATAYUD en Ter Stegen, el portero de la T-10
José Ramón García en Ilusión en el nuevo White Hart Lane
JOSE ANTONIO FERNANDEZ PLAZA en Héctor del Mar, tal como éramos
Lucas en Oh, capitán
José Luis Heras en Usted tiene el faro roto
Juan J Rodriguez en Usted tiene el faro roto
Jairo Castillo en El Madrid de la triste figura
Rod en Au revoir
Cristian Galván en Motociclismo e hipocresía
Hassansudeim en La trampa perfecta
Juan De Dios Luna Cijanes en La trampa perfecta
Antonio Lopez Lobeto en Cuestión de fe
Martín Vallejo platero en Marcó Isco, ganó Zidane
Eliseo en Vuelve Zidane
Juan De Dios Luna Cijanes en La esperanza
Juan de Dios Luna Cijanes en La muerte del emperador
Maria Jose en Tropismo
María Jesús en Tropismo
Antonio Lopez Lobeto en El amor no siempre gana
SanEmeterio For Atle en Bienvenidos al espectáculo de minstrel
Elaine Cristina en El empate perfecto
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en La revancha perpetua
Antonio Lopez Lobeto en Al límite de la filosofía
Juan de Dios Luna Cijanes en La ley del mínimo esfuerzo
Antonio Lopez Lobeto en Milagro Kvitova
Carlos Leo Castellanos en Cristiano ya no va de farol
Marcos Da Silva en El tamaño importa (y mucho)
Antonio Lopez Lobeto en Promesas que todavía lo son
Gustavo Del río manzano en Quince años sin el mejor: Chava Jiménez
ROSA MARIA cuesta guerrero en A propósito de Laura
Irene García en Vidrio roto
AA - Rod en Vidrio roto
Juan Luna Cijanes en Solari y la teoría del melón
Antonio Lopez Lobeto en El valor de las palabras
Raúl Ávila en El traje de toda la vida
Miguel Morán en Godín es El Cid Campeador
Ricardo Moreno Castillo en La adolescencia duele
Aminie Filippi en La adolescencia duele
Miguel Angel Hidalgo Mena en Historia de un superviviente
Alfrez en Por los cojones
Paulino en Por los cojones
ROSA MARIA cuesta guerrero en La adolescencia duele
Luis Miguel en Y el presidente, ¿qué?
Oscar Redondo Callado en Tour 2019: Un espanto de recorrido
Santiago Peraza en A LA CONTRA, primer aniversario
Teddy Sagarrasantos@hotmail.com en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Conchita Minguez en Cinco apuntes para seis carreras
Francisco en Te quiero, Valverde
GONZALO IMPUESTO NOGUERAS en La carrera de su vida
José Luis Hera en Lava
Angel en Lava
Antonio Martínez Pascual en El Sevilla sonroja al Madrid
Begoña hernando en Ya están aquí…
ROSA MARIA cuesta guerrero en Ya están aquí…
Ángel en Vuela el Madrid
Francisco Bascuas en Fortnite y la física del caos
Ramón J. en Serena pierde la calma
Manitu69 en Armagedon colchonero
Chema en Querido Manu
Chema en Querido Manu
Dalmacio del Campo en Mucho ruido y pocas nueces
Óscar en Las tragaderas
Maria del Carmen Torres en La banda izquierda no tiene memoria
manuel santamaria asensio en Lo salvó el VARça
José Luís en Lo salvó el VARça
Antonio Lopez Lobeto en Sin actitud no hay talento
José Ramón en Sin actitud no hay talento
Milagros Recio en La constante es Messi
Pablo González Suárez en Rivaldo, Simeone y un minuto de silencio
Francisco Pedrajas Raya en Ganó el Atlético, cambió el viento
Francisco Pedrajas Raya en Ganó el Atlético, cambió el viento
Mauricio en La fuga de La Masía
José Antonio Del Moral en Piqué y los pollos sin cabeza
Dalmacio del Campo en Hola Courtois, adiós Keylor
Jesús Carlos Zuazo Garrido en Hola Courtois, adiós Keylor
Quillo en Cuento de Navidad
ROSA MARIA cuesta guerrero en Papás, tenéis deberes
BEGOÑA Hernando en Papás, tenéis deberes
Alicia Fernandez en Papás, tenéis deberes
Gjon Haskaj en El secreto de fichar bien
VICENTE PÉREZ NAVARRO en Vinicius, la proto estrella
Antonio Lopez Lobeto en Monsieur Mbappé
jclopezmontoya21@gmail.com en Morir con el portero que no queríamos
Johhny en En serio
Oscar Pereira Fernandez en Iago no tiene la culpa
Alicia en Recuerdo Mundial
Alicia en Recuerdo Mundial
ROSA MARIA cuesta guerrero en Recuerdo Mundial
Antonio Lopez Lobeto en Monsieur Mbappé
José Luis García en En serio
SMN en En serio
Walter Montaldo en Vivir con el alma aferrada
Antonio López Lobeto en Biscotto innecesario
manu5 en En serio
Benjamin Fernández en En serio
Irene García en Dios ha muerto
Jose en Dios ha muerto
Carmen Viedma Diaz en ¡Nada de sexo con extranjeros!
ALFONSO APARICIO VIAN en De Gea: «Tampoco he matado a nadie»
Ignacio Rubén Melancolía en Julen tiene mi voto
FERNANDO ALONSO MARTÍN-LOECHES en Julen tiene mi voto
Antonio López Lobeto en Deporte para leer
Ignacio Rúben Melancolia en Ocho finales seguidas para King James
Mariano J. en El niño Cristiano
José Luis en Bale fue el héroe
Albert en Bale fue el héroe
ROSA MARIA cuesta guerrero en La lista
Aurora en La lista
LUCASIAN en Padres dron
Nachovic en No olviden esta cara
Alfrez en El Principito
Alberu en El Principito
Borja en El Principito
Alicia en Padres dron
ROSA MARIA cuesta guerrero en Padres dron
Aurora en Padres dron
Jorge en Padres dron
Alejandro Alcalde en La mala educación
Alfrez en Energía potencial
zico1999 en La última cena
zico1999 en La última cena
Manolo Muñoz en ¡Resiste, Lendoiro!
Estibaliz Giner Larrauri en ¿Marino o submarino?
ROSA MARIA cuesta guerrero en ¿Marino o submarino?
Basilio Leónidas en La primera red social es tu casa
maria antonia Lopez en ¿Marino o submarino?
Manitu69 en Ser o no ser
David en Ser o no ser
Raquel en La caída de Messi
Manuel Rafael Prieto Fanjul. en La caída de Messi
Basilio Leónidas en #SantiCampeón
ROSA MARIA cuesta guerrero en La primera red social es tu casa
Ettore Viglione en Bajón oval
guaschiano en Fort tiene razón
ErJabato en Fort tiene razón
Sara Amado en Las crónicas boludas
Rebeca R. en Las crónicas boludas
Ana Bonilla Rodriguez en #SantiCampeón
Aurora en #SantiCampeón
Alicia en #SantiCampeón
Begoña hernando en #SantiCampeón
ROSA MARIA cuesta guerrero en #SantiCampeón
Jose manuel en Lopera, 22; Alaya, 0
betiquisimo en Lopera, 22; Alaya, 0
Gol Sur 88 en Lopera, 22; Alaya, 0
Juan Carlos Quesada Fernandez en El Sahara Marathon, mucho más que una carrera
Francisco josé Montero Madrid en Lo que digan los futboleros
Tomás Luis de Victoria en Benzema se hace perdonar
Juan Rodriguez-Briso en Real Madrid, un equipo español
Amparo Martín en De cañas por el Metropolitano
ROSA MARIA cuesta guerrero en Horarios family friendly, por favor
Antonio Lorenzo Vicente en Coleman puede batir el récord de Bolt
Lila Castro en Zidane de los milagros
SAMER KHEIR en Zidane de los milagros
ROSA MARIA cuesta guerrero en TDAH y deporte: una tabla de salvación
Ana Bonilla Rodriguez en TDAH y deporte: una tabla de salvación
J. Carlos en Zidane de los milagros
Benjamín Fernandez en ¡Força Penya! iForça Badalona!
Luis Polo en Zidane de los milagros
Manu Ponce en Zidane de los milagros
Embruix de Lluna en ¡Força Penya! iForça Badalona!
Carmen María en ¿Quién defiende a mi hijo?
ROSA MARIA cuesta guerrero en ¿Quién defiende a mi hijo?
George_Kaplan en Gatillazo madridista
David Azpiazu Torres en En defensa de Iñigo Martínez
Juanma Jiménez en En defensa de Iñigo Martínez
Juanma Jiménez en En defensa de Iñigo Martínez
ROSA MARIA cuesta guerrero en José María García y el fantasma de Instagram
Salvador en Se busca asidero
Gabriel Inojosa en Pepinazo en el Bernabéu
julio ruiz en Se busca asidero
ROSA MARIA cuesta guerrero en Rugby inclusivo: bendita melé
Josefina Trujillo en La figura del líder
Carmen María en ¡Hagan juego, señoritos!
Juanma Jiménez en Mucho Villarreal, poca suerte
ROSA MARIA cuesta guerrero en ¡Hagan juego, señoritos!
Ana Bonilla Rodriguez en ¡Hagan juego, señoritos!
Dalmacio del Campo en En defensa de Zidane y de su equipo
david en Ser un hombre
Raúl en Lagarto, lagarto
Elena en Ser un hombre
Carlos en Ser un hombre
Albert Batlle en Carta a los Reyes Magos
Begoña hernando en Carta a los Reyes Magos
ROSA MARIA cuesta guerrero en Carta a los Reyes Magos
Carmen María en Carta a los Reyes Magos
Juanma Jiménez en Feliz Navidad… y gracias
Elaine Cristina en Feliz Navidad… y gracias
Alejandro Chacón en El Barça es el procés
Pekas en A ti padre…
ROSA MARIA cuesta guerrero en Los otros diez planes de Navidad con tus hijos
Ignacio en A ti padre…
Estíbaliz en A ti padre…
Estíbaliz en A ti padre…
Juan de Dios en A ti padre…
Aurora en A ti padre…
José Ignacio Vidal Fernández de Castro en Mundial 82: el peor sorteo de la historia se hizo en Madrid
José Ignacio Vidal Fernández de Castro en Larry ‘Legend’ Bird… bajo el halo del mago Johnson
Ana B en A ti padre…
Embruix de Lluna en La importancia de SER el CAPITÁN
Arancha Matamala en A ti padre…
Aminie Filippi en A ti padre…
Beatriz en A ti padre…
Carlos Ruf en La mente es la que gana
Kalle Ruf en Echo de menos…
Pablo en Estilismos
Felipe en Soy maratoniana
Ivan Reina en Soy maratoniana
MaiteV en Soy maratoniana
Luis Alberto Merchán en Bye, bye, Blackbird
Manuel Grandes en Bye, bye, Blackbird
Jesús María Martín Domínguez en El Titanic del Betis, proa hacia el iceberg
Tomás Luis de Victoria en Cristiano en su laberinto
Cristina Navarro en Mi primera maratón
Luis Alberto Merchán en Castillos en el aire
José Vaquer en Mi primera maratón
Pantxo Pintxo en El derbi, de la A a la Z
Pedro Luis Garcia en Las dos Españas, ¿cuál mejor?
Pedro Luis Garcia en Las dos Españas, ¿cuál mejor?
Gerardo Rodríguez@@ en San Siro dirá la última palabra
Luis Bilbao en El fin de Cristiano
Jose Antonio Fernandez Plaza en Asensio convirtió el domingo en viernes
Jota en el camino en ¿Dónde está el equipo?
Iván Bellido Andrés en Simeone no tiene quien le escriba
Irene García en Un empate por principios
José Miguel en Pánico escénico
Gerardo Rodríguez en Y de nuevo, el racismo
Guillermo García Sánchez en 10 millones de dólares por una cámara para Pep

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies